Por Jaime Ortega
Socio director de Exertus Consulting Group
En julio del año pasado, Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, lanzó una frase que luce como una predicción: la inteligencia artificial tendrá un impacto más profundo en la humanidad que el fuego, la electricidad y el internet.
Quizá te parezca exagerado, pero deberías atender a lo que sucede a tu alrededor. Piensa en la forma en que la revolución digital ha cambiado nuestras vidas y negocios. Las empresas que han incorporado inteligencia artificial (IA) están transitando de la fase de proyectos aislados a transformaciones globales. Créeme, ha sido un proceso duro, de aprendizaje, pero, si no has iniciado, llevas años de retraso.
La inteligencia artificial como parte de la transformación digital
La inteligencia artificial es solo una pequeña parte del proceso de transformación digital de una organización, la cual incluye no solo la incorporación de más herramientas tecnológicas, sino la alineación de procesos, cultura y habilidades de la gente.
Pero esto no sucede de la noche a la mañana. El primer paso es establecer la visión estratégica y desarrollar el roadmap en tres fases. La primera es asegurar la disponibilidad, calidad y gobierno de los datos, la eficiencia de los procesos y el talento que se necesita.
La segunda fase consiste en planear proyectos piloto, crear casos de uso bajo un modelo de prueba y error y comunicar los logros, pues por pequeños que sean, debemos buscar un compromiso en la gente y crear una inercia positiva. En esta segunda etapa es recomendable digitalizar los procesos estándar –ventas, planeación, logística, etc.– que no significan algo innovador, pero sí aportan avance.
La tercera fase debe definir la forma en que la digitalización cambiará tu modelo de negocio o creará nuevas avenidas de ingresos. Pienso en el caso de Deere & Company, una empresa que comenzó fabricando maquinaria agrícola y hoy está incorporando tecnología de tractores autónomos y cultivos inteligentes que buscan digitalizar a la agroindustria para vender soluciones de analítica.
Con esto definido, lo siguiente es crear la estrategia de implementación, la cual, a su vez, debe basarse en tres pilares: organización, operación y comportamiento.
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A nivel organizacional debe existir un sponsor centralizado y líderes funcionales que trabajen con las áreas operativas, pues son quienes conocen los pain points que pueden convertirse en oportunidades de innovación. Desde luego, el equipo debe incluir especialistas de procesos, científicos de datos y storytellers, pues de esto depende definir correctamente los problemas y seleccionar el mejor algoritmo para solucionarlo.
Una vez establecido el roadmap, se debe analizar la infraestructura actual y las necesidades derivadas de esto. Por ejemplo, si ya se generan datos y si son confiables para los algoritmos.
A su vez, la parte de comportamiento debe apuntar a construir un liderazgo que fomente una cultura de innovación ágil que, en lugar de castigar la falla, fomente los procesos de experimentación. Desde luego, debe haber una estrategia de gestión del cambio e incentivos que fomenten la adopción de la tecnología, reduzcan la resistencia y permitan medir resultados tangibles. Sólo así podremos ir transformando paso a paso nuestro negocio.
Jaime Ortega es socio de Exertus Consulting Group, una firma de consultoría especializada en estrategia operativa y comercial. Con más de 22 años de experiencia, Jaime ha colaborado con empresas globales en proyectos de transformación digital, desarrollo organizacional, mejora continua, gestión del cambio y diseño de procesos.
Este artículo se publicó originalmente en la revista Forbes Centroamérica